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Arte vs. Diseño

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¿Qué significa esta afirmación?

Es claro que el diseño no puede disociarse de ciertos elementos en común con el arte; sin embargo, con la respuesta anterior buscamos explicarle al cliente que en efecto, hay una brecha significativa entre lo que es arte y diseño.

Arte es la expresión de un artista y el diseño obedece a un objetivo o fin. En otras palabras, el diseño debe funcionar y responder a un objetivo específico mientras que el arte no necesariamente cumple un objetivo funcional. Por ejemplo, podemos diseñar una silla bonita con colores atractivos y formas inspiradoras, pero si el usuario al sentarse le es incómoda o no puede mantenerse mucho tiempo sobre ella, estamos hablando de un mal diseño porque no cumple el objetivo para el que fue creado. Si el objetivo inicial es dejar la silla en un museo está bien, pero si el objetivo es utilizarla a diario, sencillamente es un mal diseño.

 

Diseño con un norte específico

El diseñador elabora sus productos para un público determinado. Por esta razón, para transmitir adecuadamente el mensaje a través de una pieza gráfica, el diseñador debe abstraerse de su realidad y sus preferencias; esto con el fin de orientar sus esfuerzos a los gustos y realidades de las personas a quienes va dirigido el producto.

Un diseñador no debe plasmar sus gustos e intereses por encima del objetivo de la pieza gráfica y de la marca o cliente para el cual se está trabajando.

Funcionalidad sí, moda no

El diseño tiene que ser innovador, no debe quedarse en la estética de décadas anteriores. Sin embargo, en ocasiones orientamos el diseño a un estilo con elementos de moda o tendencia (uso de colores específicos, manipulación fotográfica y tipografía de moda, entre otros), que no necesariamente son funcionales para el mensaje o la marca.

La aplicación correcta e intencional de esos elementos debe aportar valor al mensaje, no deben utilizarse de manera caprichosa o al azar.

Cada elemento de una pieza gráfica debe tener una justificación asociada a su público, objetivo, mensaje, contexto y forma. El diseñador debe responder a preguntas como ¿por qué ese color?, ¿por qué esa fotografía?, ¿por qué ese tamaño?, entre otras.

Fuera lo “bonito” o el “me gusta”

Algunas veces se dice que hacer diseño es hacer “bonita” una pieza gráfica; sin embargo esta afirmación no es del todo cierta.

Un diseño visualmente agradable para nosotros no garantiza que sea funcional, es posible que para el público meta el valor estético sea diferente. Por ejemplo, si un cliente adulto solicita una pieza gráfica para un público adolescente y el diseño final se orienta al gusto del cliente, hay una posibilidad de que el producto final no sea del agrado de los adolescentes porque se creó pensando en el gusto del cliente. Por lo tanto, ni el gusto del cliente ni el gusto del diseñador deben prevalecer en la creación de una pieza gráfica, sino la preferencia del público.

Un diseño atractivo para su público no necesariamente implica que sea bonito, pero sí que posea un valor estético. Es incorrecto pensar que un diseño funcional debe ser monótono, predecible e insípido.

Además, al analizar una pieza gráfica se debe evitar utilizar “me gusta” o “no me gusta” porque esto no aporta al significado del mensaje. Por lo tanto, como lo hemos mencionado anteriormente, se debe analizar principalmente su funcionalidad pensando en el público y en sus necesidades de comunicación.

Una disciplina con muchos actores

Cualquier esfuerzo de comunicación que involucre diseño es un empeño donde intervienen actores de diferentes disciplinas, a diferencia del arte en donde únicamente interviene el artista.

Todo esfuerzo de comunicación debe afirmar las esencia de la marca. El diseño no sólo debe cumplir el objetivo para el cual fue creado, también debe reflejar a la marca que está transmitiendo el mensaje.

Con esta diferenciación no pretendemos explicar un tema tan complejo y tan profundo como el arte, nuestro objetivo es ayudar a nuestros clientes a reconocer la diferencia que debe tener un producto que cumple sus objetivo comerciales y otro creado únicamente con fines estéticos.